Adriana Lestido nació el 7 de enero de 1955 en Buenos Aires, en el corazón de Mataderos.
De su infancia apenas tiene un vago recuerdo de una pequeña cámara con fuelle escondida en la habitación de sus padres.
“Algunas fotos de infancia, blanco y negro, con ese bordecito típico de las fotos de entonces, que yo creo que se hacían con esa camarita. Es muy probable que las hiciera mi viejo. Pero no tengo la imagen de él haciendo fotos, ni de nadie haciendo fotos”, dice Lestido.
Poco a poco la fotografía se transformó en eso que Adriana Lestido soñaba. Empezó haciendo fotos de chicos en las plazas. Y como tenía claro que el trabajo en las plazas no era para toda la vida salió a buscar trabajo en los medios: “Había poquísimas minas reporteras, rebotaba en todos lados. Y además no tenía mucho para mostrar”, dice, rememorando los primeros años en que buscaba trabajo como fotógrafa. Buscó y logró entrar a un diario de Lomas de Zamora, colaborando gratuitamente, y poco tiempo después le comentaron que había un nuevo diario, de izquierda. Era La Voz. La tomaron como colaboradora. Adriana creyó que tocaba el cielo con las manos.
Con su lente y sensibilidad, Adriana logra capturar sentimientos profundos, sobre todo cuando se trata de retratar mujeres, como en el caso de tres famosas series realizadas en la década de los noventa: madres adolescentes (1988-1990), mujeres presas (1991-1993) y madres e hijas (1995-1999).
Pudiéndose hacer un lugar como reportera gráfica, espacio que veía difícil, fue en noviembre del ’82 en un acto de Madres de Plaza de Mayo, en la Plaza Alsina de Avellaneda, cuando tomó la fotografía que la representa y que ha dado la vuelta al mundo: “En la plaza había una nena con pañuelo blanco que lloraba, todos los fotógrafos estaban alrededor haciéndole fotos. A mí me dio pudor levantar la cámara en ese momento pero cuando empezó el acto y los fotógrafos fueron al palco a fotografiar a los oradores, me quedé al lado de la nena y de su mamá, que tendría mi edad. En un momento la alzó, gritaron las dos y ahí hice la foto, son sólo dos cuadritos”. Esta imagen se convirtió en un símbolo de lucha, de injusticia, supervivencia, resistencia, y una estampa que Lestido quiere mucho y que con el tiempo se dio cuenta que fue la imagen fundante de todo su trabajo: “es el origen, todo viene de ahí”
Lestido ha realizado además otros proyectos entre los años 2002 y 2012: “El amor”, “Villa Gesell”, “México”, “Antártida” y “México”.
El Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) realizó una retrospectiva en 2013 que reunió fotografías de la artista desde 1979 a 2007.
Sus colecciones están en el MNBA, el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires, el Museo de Arte Contemporáneo Castagnino+macro de Rosario, Fondation Cartier pour l’art contemporain, París, Francia, Museum of Fine Arts, Houston, Estados Unidos, entre muchos otros distinguidos espacios culturales de Argentina y el mundo.
Publicó siete libros fotográficos, entre ellos, Mujeres presas (2001), Madres e hijas (2003), Lo que se se (2012) y Antártida Negra (2017), entre otros.
Entre numerosas distinciones y reconocimientos, en 1991 obtuvo la beca Hasselblad; en 1995 la beca Guggenheim, otorgada por primera vez en fotografía en la Argentina; en 1997 el Premio Mother Jones; en 2009 el Gran Premio Adquisición del Salón Nacional de Fotografía; nombrada Personalidad Destacada de la Cultura de la Legislatura de Buenos Aires; beca John Simon Guggenheim Memorial Foundation, Estados Unidos; Beca Erna and Victor Hasselblad Foundation, Suecia. En el año 1983 recibió el Primer Premio Derechos Humanos, APDH.
En el 2015 realizó la curaduría de la exposición Bernard Plossu-Francoise Nuñez, Juntos, para el Museo Nacional de Bellas Artes, y de la exposición Aquí Nos Vemos. Fotografía en América Latina 2000-2015, en el CCK (esta última junto a Juan Travnik y Gabriel Díaz).
Forma parte de la agencia Vu (Francia) y es representada por Rolf Art (Argentina) y por Clair (Alemania/Francia).